Disponer de una nave industrial es francamente importante para un negocio dedicado a la compraventa de todo tipo de productos. Solo de esta manera será posible el almacenaje previo a su venta y que se conserven en perfecto estado. Para muchas de las empresas que tienen su sede en España, una nave industrial es mucho más que importante: es algo sin lo cual no pueden ejercer su actividad.
Y es que, a la hora de poner en marcha un negocio, lo primero que buscan los emprendedores es precisamente eso, una nave industrial que sea el enclave fundamental para las operaciones de la nueva empresa. Y una nave que tenga unas dimensiones óptimas, puesto que en caso de ser demasiado pequeña los problemas tarde o temprano terminarán apareciendo.
Cuando le di luz a mi empresa hace algunos años me pude considerar afortunado. En mi cabeza revoloteaba la idea de que el negocio se dedicara a la venta de botellas de alcohol y refrescos al por mayor. Era evidente que para ello iba a necesitar una nave industrial de dimensiones considerables y por eso comencé a investigar en qué lugar podría encontrar una que se ajustara a mis necesidades.
Después de buscar durante varios días y de haber encontrado más bien pocas que me interesaran de verdad, vi una que aparentemente encajaba con lo que yo quería. Rápidamente me informé acerca de con quién debería hablar para alquilarla y alguien me habló de Área Asesores, una inmobiliaria de la que dependería el que yo pudiera arrendarla. Me veía con posibilidades para ello y cuando a través de la web de dicha inmobiliaria (www.areaasesores.es) conseguí los datos de contacto, no me lo pensé.
Los profesionales de la empresa me recibieron y me invitaron a que visitara la nave antes de firmar. Así lo hicimos y, cuando fuimos, quedé convencido de que ese era el lugar que estaba buscando para montar mi negocio de venta de alcohol al por mayor. La pregunta acerca del precio era inevitable y, cuando me informaron del mismo, quedé gratamente sorprendido. La verdad era que dicho precio no iba a traer graves consecuencias para mi economía y eso me animaba todavía más a adoptar la decisión de alquilar la nave.
Decisión que finalmente tomé. No me cabía duda alguna acerca de que era el lugar adecuado para mi negocio: espacioso, muy cerca de la ciudad y accesible para todo el mundo. Un entorno ideal y en el que las posibilidades de tener éxito se multiplicaban por infinito. Esta era una oportunidad que no podía dejar escapar bajo ningún concepto.
Un desarrollo meteórico
Desde que abrí la nave, las cosas no pararon de ir a mejor. Rápidamente mi cartera de clientes comenzó a crecer de manera exponencial y la cantidad de género que tenía que pedir para venderlo, también. Por suerte, contar con un lugar tan amplio me permitió poder almacenar todo ese género sin problema alguno e incluso ampliar la variedad de productos que ofertaba.
Todos mis clientes estaban de acuerdo al afirmar que les venía muy bien tenerme como proveedor y tan cerca de nuestra ciudad. Antes mi nave se situaba a varios kilómetros y los desplazamientos eran bastante más costosos. Como se trataba de un lugar que además contaba con unas dimensiones más reducidas, no tenía la posibilidad de tener la cantidad de productos que tengo ahora y eso me hacía perder clientes e imagen.
La mayoría de mis clientes son dueños de bares de la zona. España tiene 260.000 bares, más de los que hay en un país como Estados Unidos. De hecho, nuestro país es el líder mundial en número de establecimientos de este tipo por lo que es evidente que mi negocio tiene futuro y rentabilidad. Por eso hay que estar preparado para dar la talla ante una responsabilidad como esta. Y, disponiendo de una nave como la que ahora tengo en alquiler, eso sí es posible.