Puede parecer que no tenemos demasiada presencia internacional en lo que a diseño de mobiliario y decoración se refiere pero la realidad es que fuera de nuestras fronteras se nos toma muy enserio en este sentido. El Salone del Mobile Milano, un escaparate de lujo para las marcas de muebles, cuenta ya con más de 60 empresas españolas que se desplazan hasta Milán para presentar sus nuevos diseños, de hecho, somos el país con mayor presencia detrás de la anfitriona Italia.
El mueble “made in Spain” tiene tanta demanda como el calzado ilicitano, las alfombras de Crevillente o la paella valenciana, pero no somos conscientes de ello. Es gracioso comprobar cómo el comprador español valora positivamente que un mueble esté confeccionado aquí pero no sea consciente de que el extranjero valora exactamente lo mismo. El mueble español está de moda, se le considera un mueble de calidad, moderno y de diseño, y empresas como J.Valls saben perfectamente de lo que hablamos.
Esta fábrica de sillas fundada en 1942 envía sus productos a cualquier punto de España y del extranjero, lo que les ha llevado a ampliar el negocio debido a que muchos hoteleros y hosteleros franceses, italianos, ingleses y alemanes compran su mobiliario para restaurantes, cafeterías, hoteles, y residencias extranjeras.
La tienda sevillana Muebles Madrid asegura que casi el 90% de sus clientes llegan hasta su exposición buscando muebles juveniles en Sevilla fabricados en España, así como muebles de salón, sofás o cocinas “made in Spain”. El mueble español se asocia a calidad, resistencia, durabilidad y diseño, lo que ha provocado que tenga tanta demanda dentro como fuera de nuestras fronteras.
Mobiliario Inteligente
Todo este auge ha conseguido que muchas jóvenes promesas hayan visto en este sector un camino abierto hacia el éxito, y por eso ahora la innovación es una apuesta más en el mundo del mobiliario. En la última Global Robot Expo celebrada en Madrid se vieron numerosos muebles con tecnología integrada que pretenden ser una realidad en el mercado en un corto espacio de tiempo.
En Yecla (Murcia) una empresa ha creado sofás controlados por el “Smartphone” para reclinarse o elevarse según el gusto o las necesidades del usuario. Indy es uno de esos sofás que se transforma, en unos segundos, en una cómoda cama si así se lo indicamos desde un mando o desde nuestro móvil. Otro dispositivo inteligente de esta empresa murciana es Asistae, un sensor pensado para personas mayores que se coloca bajo el asiento del sillón o del colchón y se comunica con una aplicación instalada en el teléfono de sus familiares. De este modo podemos monitorizar cuánto tiempo pasa el anciano, o anciana, en la cama o en el sofá y, si sale de su rutina, la aplicación mandará un mensaje de alerta al smatphone del familiar.
Otro sofá que presentaron en una feria similar de domótica esconde en sus brazos diversos cajones que podemos extraer mediante un botón. En ellos tenemos hueco para dejar el móvil y la tablet, e incluso conectarlos a un enchufe que lleva instalado el sofá para que carguen su batería mientras vemos televisión o leemos un libro. Todo sin movernos del sofá.
Ahora bien, ¿de verdad estos avances son tan buenos como pensamos? ¿Hablamos de una comodidad que puede felicitarnos la vida o de una comodidad que puede volvernos aún más sedentarios? La duda y el debate están servidos.