Tener una mascota es como tener un superpoder: conlleva una responsabilidad. Los propietarios de un animal de compañía, deben ser consecuentes con su mascota y tener en cuenta sus necesidades, tanto a nivel físico como emocional (si, los animales tienen emociones). Hay que proporcionarles alimento y cuidados acordes a sus necesidades. A cambio, una mascota va a aportar a tu vida todo aquello que, una persona no es capaz de brindarte de manera incondicional. Entre los cuidados que requiere un animal, la higiene es fundamental, no solo la del propio animal, si no la del entorno en el que se encuentra. Esto es bueno para todos.
Tiendas especializadas en productos de limpieza, como Stocknet, ofrecen tanto productos específicos como conejos para mantener unas adecuadas condiciones de higiene en las viviendas, en las que viven mascotas. Lo más habitual es convivir con perros y gatos, aunque cada vez hay más tipos de mascotas en los hogares de todo el mundo. Debido a la reciente promulgación de la Ley del Bienestar Animal, en la que se declara que los animales son seres sintientes. Muchas de las habituales mascotas han perdido esa condición y ya no es posible contar con ellas en los domicilios particulares. Con lo que se han visto reducidas las posibilidades.
Aun así, las pautas a seguir en cuestiones de higiene son generalizadas. Incluso aunque no hubiera mascotas, la limpieza es algo fundamental que debe hacerse a diario. Pero como el caso que nos atañe, implica la tenencia de mascotas y como mantener una vida en común sana y saludable entre animales y humanos, veamos una serie de pautas, más que recomendables para que la convivencia no se deteriore y la higiene, prevalezca.
Antes de pasar a dichas pautas, veamos en cifras, porque es tan importante que existan unas correctas medidas de higiene. El cuarenta por cien de los hogares de nuestro país, cuenta entre sus paredes con animales domésticos con los que se convive. La suma de perros y gatos, supera los quince millones de animales domésticos. Esta cifra, duplica holgadamente la de niños menores de quince años que viven en España. Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía, nuestra mascota preferida, es el perro, siendo mas de nueve millones los que se encuentran registrados en la actualidad. Esta cifra, supone un aumento del treinta y ocho por cien en los últimos tres años. Teniendo en cuenta estas cifras, no es de extrañar que haya que saber cuáles son las mejores medidas de higiene.
La higiene de la mascota
Hay personas que alegan no tener mascotas porque estas ensucian. Es cierto, un perrete, ensucia. Un niño también mancha, un adulto puede ser más dejado que una piara de cerdos y, en definitiva, no se trata de una cuestión de tener animales, si no de como las personas, manejamos la higiene en general. Si tenemos animales, igual que si tenemos niños, hay que ser conscientes de sus necesidades. Al niño hay que enseñarlo y atenderlo para que no deje suciedad. A los adultos, podemos corregirlos, llegado el caso, aunque no siempre es posible. Con las mascotas, haremos las cosas bien si tenemos en cuenta sus necesidades de higiene y como debemos actuar.
En primer lugar, nuestra mascota, tiene que estar limpia. Aunque las pautas del baño las debe establecer el veterinario en función de la raza, su actividad y necesidades propias del animal, como norma general, un baño mensual, es lo más aceptable. Aunque siempre que el animal se ensucie más de la cuenta y sea necesario, debe proporcionársele un baño. En algunos, casos, hay que saber que el exceso, puede ser contraproducente. Lo fundamental es que este limpio.
Un buen cepillado diario es, sobre todo en el caso de los perros, esencial. Se trata de una de las mejores formas de mantener su higiene y eliminar todo el pelo muerto que, de otra manera, acabará en nuestra ropa, sofás, suelo… La técnica más eficaz, consiste en pasar el cepillo o peine dos veces en la dirección del pelo y una a contrapelo. El proceso tal cual, retira las células muertas y efectúa un masaje que ayuda a reactivar la circulación del animal.
Proporcionarle una alimentación de calidad, adaptada a sus necesidades. Los alimentos que le demos a nuestra mascota, deben ser naturales y sanos. Los animales, como las personas, tienen necesidades nutricionales y energéticas diferentes en función de su edad, tamaño, momento vital, actividad física, etc. Una alimentación correcta, mantiene a la mascota en condiciones saludables, algo que, aunque no lo parezca, deriva en la higiene pues sus necesidades fisiológicas serán más fáciles de controlar que si padecen algún tipo de afección renal o digestiva que provoque que nuestro peludo, se orine en cualquier momento y lugar o suelte sus deposiciones de forma descontrolada o vomite.
Una cama con propiedades antimicrobianas, con colchones especiales que llevan incorporada a la tela una solución química que sirve para repeler a las bacterias, diferentes virus, mohos y ácaros. Este tipo de camas, ayudan a prevenir los malos olores. Las camas de las mascotas, acumulan impurezas y a la mayoría de los propietarios, se les olvida que hay que limpiarlas. Si la cama lo permite, lo más aconsejable es lavarlas a una temperatura elevada de sesenta o noventa grados.
También es necesario limpiar e higienizar los objetos y juguetes de la mascota. Cualquier cosa que entre en contacto con la mascota, debe lavarse como poco, cada quince días para eliminar los restos de saliva, pelo y gérmenes.
Cada vez que volvamos del paseo, es necesario limpiar los restos de suciedad de sus patitas, con un paño o toalla humedecido en agua templada o con toallitas húmedas libres de químicos.
Con estas medidas básicas, nuestra mascota siempre estará limpia y no repercutirá en la higiene de la vivienda.
Limpiar una casa en la que viven mascotas
Aunque no se tengan mascotas, también hay que limpiar la casa, sea dicho ya de paso. No parezca que solo hay que mantener unas condiciones optimas en estos casos. La diferencia es que, en algunos puntos, hay que poner un poco más de atención.
Una cosa inevitable es ventilar. Siempre hay que ventilar las casas. Cuando hay mascotas, más. Da igual la temperatura y la época del año en que estemos. Hay que abrir todas las ventanas y airear a diario de la manera correcta. Si la casa tiene terraza mejor que mejor para la mascota, estar en contacto con el exterior, es beneficioso para ella y puede estar ahí mientras ventilas la casa, aunque se hace frio, preferirá estar en su camita.
Aunque se contemple poco, una de las mejores medidas en una vivienda donde hay mascotas, lo mejor es prescindir de las alfombras. Se trata de una decisión higiénica pues en ellas se acumulan gérmenes de todo tipo, las mascotas suelen tener predilección por ellas y el pelo se deposita en ellas, al tiempo que los gérmenes se meten en el pelaje de las mismas. El suelo debe limpiarse con mas frecuencia de la habitual. Si es posible, con una fregona y un jabón desinfectante y antibacteriano. Si tienes alfombras, aspirar cada dos días y cepillarlas una vez por semana con un jabón neutro, es una medida de higiene básica. El vinagre de limpieza puede ser una buena opción, aunque conviene comprobar que no afecta al color
Pasar el aspirador cada dos días por todos los rincones en los que puede depositarse el pelo que va soltando, es imprescindible para evitar que se deposite en las esquinas, bajo los muebles, etc.
Una medida adecuada, aunque no compartida por todos, es impedir que las mascotas se suban a camas, sofás y butacas. Las tapicerías, colchas y similares, son focos de impurezas y acumulación de pelos. Si decides que pueden subir, lo mejor es contar con telas aptas para mascotas y lavarlas una vez a la semana. Sacudirlas a diario es de obligación para evitar acumulación de suciedad.
Eliminar los pelos de las telas y la ropa utilizando un guante anti pelo antes de pasar el rodillo de celo y, en último lugar un paño de microfibra húmedo, es otra medida que no puede olvidarse cuando se tienen mascotas y no se quiere ir disfrazado de bola de pelo.
Por último, existen unos cuantos trucos antiolores que suelen ser muy eficaces. El vinagre de manzana, mezclado con el champú de la mascota, ayuda a combatir, ese olor a bicho que señalan las visitas (en este caso, una servidora diría que quien huele a bicho es la visita). Esparcir bicarbonato por la noche, en esos rincones que tanto gustan a la mascota, elimina el rastro que dejan en el ambiente. Para eliminar el bicarbonato después, basta con cepillar o aspirar la zona. Y, aunque el mejor aroma es el natural que posee una casa limpia, los purificadores de aire, eliminan impurezas y sanean las estancias.
Como se puede ver, las medidas de higiene que hay que tener en una casa cuando se tienen mascotas, no difieren tanto de las que hay que tener en caso de no tenerlas. Solo hay que ser un poco más atento a ciertos aspectos como el pelo y poco más.