Por dos razones (bueno algunas más) la serigrafía es la protagonista en el mundo del vidrio: una de ellas, permite contemplar y observar el contenido de las botellas o botes (si se quiere) y otra, elimina la necesidad del etiquetado convencional de los productos. La serigrafía no es algo novedoso per se, la mayor novedad que presenta es que sigue ganando la batalla frente a la impresión digital en muchos aspectos. Con la ayuda de nuestros amigos de Serijerez, expertos en serigrafía para vidrio, hemos analizado los pormenores y otra cuestiones sobre esta técnica analógica tan vigente actualmente.
Como decimos no nos encontramos frente a una técnica nueva, la serigrafía se originó en China allá por el siglo X, adquiriendo gran popularidad a partir del siglo XVIII en Occidente. Esto se debió tanto a los avances en cuestión de tintas utilizadas como en los materiales sobre los que se podía realizar. Podríamos decir que la serigrafía es una tecnología antigua que permanece a la zaga de la digitalización y todas sus posibilidades, pues la tecnología no es exclusivamente la actual.
Seguramente gracias a que se trata de un proceso extremadamente versátil que funciona perfectamente en muchos sustratos diferentes entre los cuales se incluye el plástico, el metal y el vidrio, todavía es muy utilizada dentro del mundo de la impresión industrial. La electrónica impresa y las placas de circuitos, incluidas.
Esta técnica, consiste en una pantalla de malla compuesta por un negativo de la imagen a plasmar que bloquea la parte de la malla por la cual no debe pasar la tinta que si lo hará a través del resto de la malla que es permeable. Cada malla está diseñada para imprimir un solo color, lo que implica que a mayor número de colores, mayor coste de impresión. Las impresiones realizadas con esta técnica, posee una gran durabilidad por lo que es muy utilizada en la fabricación de banderas, por citar un ejemplo.
Fuera etiquetas
Si hay algo que ha logrado la serigrafía en vidrio, es la eliminación de etiquetas en los productos que se venden envasados en vidrio. El uso de etiquetas ha constituido desde que podamos recordar, una técnica de publicidad infalible a la hora de dar a conocer una marca. Sin embargo, en la actualidad las empresas apuestan por la serigrafía que, aun siendo una tecnología milenaria, ha revolucionado el sector, gracias a su versatilidad. El toque elegante y diferenciador que confiere la serigrafía a los productos envasados en vidrio hacen que las campañas promocionales de los mismos, destaque sobremanera.
En cuestiones de marketing, todos sabemos que la imagen de la marca requiere de una especial atención pues es la parte visible de la empresa. En el caso de empresas dedicadas al sector de la alimentación la serigrafía es una excelente manera de plasmar la imagen de la marca.
Está técnica permite que se personalicen y decoren diferentes tipos de productos como pueden ser las botellas, las jarras, los decantadores, frascos o todo tipo de vidrio alimentario como copas, vasos, catavinos, etc. Ofreciendo una excelente calidad y durabilidad.
Para las empresas, apostar por esta técnica de impresión, supone una inversión económica puesto que se trata de una técnica con bastantes beneficios a largo plazo. Entre ellos, cabe señalar la durabilidad que ofrecen los artículos que han sido serigrafiados. Su resistencia mecánica es grande, por lo que pueden introducirse en el microondas o el lavavajillas sin alterarse la imagen. También reproducen los diseños originales aunque deban de tenerse en cuenta las pequeñas tolerancias a las que está sometido el proceso sin que influya en el resultado final.
La serigrafía en vidrio, confiere diferenciación y exclusividad, otorgando notoriedad frente a la competencia. Esta técnica es una apuesta por la diferenciación que contribuye en gran medida a la generación del impacto positivo pretendido por la marca. Esta imagen de marca se ve fuertemente potenciada y será recordada más fácilmente, pues se trata de una manera sutil y elegante de hacer llegar el producto a los clientes. Todo el mundo se deja llevar ante un buen diseño de serigrafía en vidrio.
Mientras que las etiquetas de toda la vida impiden observar el contenido del envase, la serigrafía en vidrio, como excelente alidada de la transparencia, permite contemplar el interior, pues el diseño se realiza directamente sobre el cristal.
Debido a que la superficie de impresión consiste en todo el objeto, permite realizar infinidad de diseños.
En resumen, la serigrafía en vidrio es capaz de hacer que un producto estándar se convierte en un producto Premium o mejor valorado por el público, solo por el acabado y la presencia que confiere este tipo de impresión.
No hay que olvidar que para lograr un acabado final perfecto y con gran calidad, es necesario cuidar al máximo cada uno de los pasos que conlleva el proceso.
Antes de nada, es fundamental contar con el diseño final para proceder a separar los colores necesarios para la impresión. Esto se hace mediante un proceso de filmación que dará lugar a una serie de fotolitos con información de cada uno de los colores.
Estos fotolitos serán transferidos a las diferentes mallas de serigrafía mediante de una emulsión fotosensible, denominada solarizado. De esta manera se recuperan los colores iniciales, pasando las mallas a la máquina de serigrafía industrial encargada de imprimir el diseño sobre el objeto en cuestión.
Finalizado este proceso de impresión, es necesario cocer los objetos en hornos industriales que alcanzan temperaturas de quinientos ochenta grados, para que las tinas se vitrifiquen y adquieran ese color, brillo y resistencia pretendidos.
Evidentemente, las tintas utilizadas en serigrafía son especiales y están desarrolladas para vitrificar en el horno y garantizar su resistencia posterior al microondas y el lavavajillas. Las más utilizadas son los colores pantone, los metalizados y el símil acido que proporciona un acabado mate al resultado final.
Serigrafía vs. impresión digital
Es inevitable el análisis y la comparación. La impresión digital avanza a pasos de gigante y se come el terreno de todo lo analógico. Sin embargo en lo que a serigrafía respecta, lo analógico gana a lo digital. Esta técnica de la que venimos hablando, ofrece una serie de ventajas que no se pueden obviar. La serigrafía funciona con una gama de materiales más amplia, como ya hemos visto, el vidrio es uno de sus principales materiales, además de poder hacer impresiones de excelente calidad en poliéster, algodón, plástico, etc.
Gracias a la serigrafía es posible la reproducción de colores vivos y vibrantes en materiales más oscuros, debido a que se utiliza una tinta más espesa en su aplicación sobre la superficie a imprimir. Mediante una adecuada elección de las tintas es relativamente fácil lograr efectos como el brillo.
Como técnica analógica se adapta mucho mejor a las tiradas de impresión largas, donde el coste de producción de las diferentes pantallas que se necesitan se amortiza rápidamente. Mientras que la serigrafía manual no puede competir con cierto tipo de impresoras digitales, existen muchas prensas de serigrafía automatizadas que pueden realizar tiradas muy superiores a las impresoras digitales.
Son numerosas las empresas que se dedican a desarrollar y construir prensas de serigrafía mejoradas que ofrecen los mejores resultados. La línea de producción incluye los hornos y zonas de terminación de los productos, facilitando el proceso. No es de extrañar que esto sea así, teniendo en cuenta que ofrece unos resultados excelentes y que sectores como la alimentación, utilizan cada vez más la serigrafía para vidrio. Algo que al cliente gusta más que las etiquetas de papel de toda la vida.
A modo de conclusión, podemos decir que la impresión digital es cada vez más habitual. Se trata del futuro en el presente y es inevitable que cada vez se realicen más procesos analógicos en su versión digital. Ha ocurrido con la fotografía, la copistería, la reproducción en tres dimensiones… se trata de uno de los grandes logros acontecidos en las últimas décadas que ha dado como resultado un abaratamiento en los costes de producción y una mayor accesibilidad a cierto tipo de productos.
No obstante, la serigrafía todavía tiene mucho que ofrecer y le queda un largo recorrido por hacer. Si la impresión digital ofrece una satisfacción inmediata y rápida de las demandas a pequeña escala, la serigrafía es esencial para las marcas. Permite la realización de tiradas más largas sin perder la calidad de la impresión, ofrece una calidad insuperable y con esta técnica es posible trabajar con una amplia gama de materiales. Es posible crear efectos especiales diversos jugando con las tintas y reproducir colores muy vibrantes. Por estas razones, entre otras, la serigrafía está todavía muy presente en el mundo del marketing y es una de las opciones de preferencia de las grandes (y no tan grandes marcas) para publicitar sus productos o simplemente, “vestirlos”.
A todos nos llama increíblemente la atención las botellas o vasos publicitarios que cuentan con impresiones precisas y detalladas, sea para que conozcamos su nombre o los ingredientes que se utilizan en su elaboración. La elegancia y distinción que poseen los envases de vidrio serigrafiados, no tienen un ápice de comparación con la mejor de las impresiones digitales o etiquetado tradicional.