Como nueva dueña de una pequeña y cochambrosa, pero adorable, casita en la playa y tras ver el éxito que he tenido con mis mañosas reformas os he traído mis mejores ideas. La que más ha triunfado ha sido comprar estas cuerdas de nylon para crear una valla alrededor de mi diminuto y coqueto terreno pero hay mucho más.
Para empezar os pondré en contexto. Siempre he tenido un sueño, tener una casita cerca de mar, pero tras haber cumplido los 38 y viendo que mi situación laboral no iba a mejorar mucho (dadas las circunstancias) decidí invertir mis ahorros en una cochambrosa casita que da a una pequeña cala. La casa en sí estaba para derribarla y volverla a construir pero como mis ahorros no llegan a tanto lo que hice fue contratar a Reformas Martí para que cambiara tuberías y electricidad y del resto me he encargado yo solita.
Empezaré pos el exterior. Como las paredes estaban bastante estropeadas les di una capa de antihumedad y anti óxido para después pintarlas de blanco. El tejado fue sencillo porque lo único que hice fue ponerle una capa impermeable a todo el techo y fijarla con cola y clavos al antiguo tejado.
El pequeño patio, que como ya he dicho lo he bordeado con una valla creada con palos y cuerda de nylon, lo he adornado con una maceta en cada esquina, un columpio restaurado y unas mesas y sillas de forja que heredé de mi abuela. Puede que el mes que viene compré e instale algún tipo de toldo, no lo sé aún.
En el interior todo ha salido de mis dos manitas y de materiales reciclables a excepción del suelo, que lo he arreglado con vinilo, un material barato que deja un aspecto impecable. La casa está pintada en tonos ocres y yemas, muy acogedores, a excepción del baño, donde predomina el gris.
Las paredes del salón están decoradas con marcos antiguos y maderas envejecidas. Algunos trucos los saqué de este artículo y otros me los inventé pero para reformar la casa (dejando a un lado cosas obvias que tú sólo no puedes hacer) solo hay que ponerle un poco de imaginación y sacar algo de tiempo porque la economía a veces no es problema si le echas horas al asunto.
Como separa libros he puesto las típicas botellas de cristal pero lo he envejecido con betún, les he hecho algunos arañazos para que se metiera la pintura entre las juntas y luego los he limpiado. Así se han quedado amarillentos, a tonos diferentes, pero transparentes y en su interior he metido fotos de forma circular para que se vean a través del cristal y, para que pesen y no se caigan los libros, pierdas en el centro que no se ven porque está la fotografía por fuera.
¿Veis como todo se trata de ponerle imaginación? ¡Venga! Mandad vuestras ideas….