Trabajar durante más de diez años en un despacho de abogados, me ha servido para comprobar en primera persona la picaresca española a la hora de querer cobrar indemnizaciones en los accidentes o por ejemplo las excusas cuando nos toca devolver alguna subvención. Supongo que es algo que forma parte del ADN hispano. Muchos amigos me dicen que escriba un libro que me forro. De momento comparto con vosotros algunas anécdotas.
Hasta mi bufete de abogados en Sevilla han llegado casos de lo más variopintos. He vivido siniestros falsos de todo tipo, desde simular un dolor de cervicales, con collarín incluido, hasta figurar lesiones inexistentes para cobrar los días de baja o las indemnizaciones por secuelas de todo tipo. Y no es algo que pase solo en Andalucía, en comunidades como Galicia también ocurre.
Cuando hay un accidente leve por alcance en medio de la ciudad, muchos conductores sufren esguinces cervicales o contusiones de escasa entidad. Si no llegan a un acuerdo con la compañía aseguradora, tienen que presentar una demanda en los juzgados de primera instancia. Pero la vía civil cuesta dinero: 150 euros de tasas judiciales por un juicio verbal (si la cuantía en litigio supera los 2.000 euros), 1.000 euros por un forense privado para que determine la gravedad de las lesiones y buscar a un perito para que calcule la indemnización.
El truco consiste en que el herido, en vez de acudir a la costosa vía civil, vaya al juzgado de guardia y presente una denuncia por una falta de lesiones. El juez de instrucción ficha fecha para celebrar un juicio de faltas contra el otro conductor. Y todo eso está exento de pagar. Hasta nuestro bufete de abogados en Sevilla han llegado unos cuantos casos así.
Posteriormente el médico entregará su informe imparcial y objetivo al juez que, en base a un baremo, determinará en un auto la indemnización máxima que cobrará el accidentado.
Este título judicial es lo que único busca el lesionado. La mayoría ni se presentan al juicio o renuncian al pleito. Y, en todo caso, el juez absuelve al otro conductor porque la vía adecuada es la civil. Pero el demandante ya ha logrado un título que fija su indemnización y corre a presentarlo ante el juez de lo civil para que lo ejecute y obligue a la aseguradora a resarcirle. Todo el proceso sale gratis y es muy rápido. Otra cosa es que los jueces de instrucción sientan que están derrochando tiempo y recursos. Picaresca española en estado puro.
Presentar una denuncia es una forma cómoda de empezar la reclamación. En mi despacho llegan casos de accidentes de tráfico en Sevilla donde siempre se presenta denuncia para evitar las tasas. Pero lo habitual es arreglar con la compañía salvo si es una lesión grave. En el 90 % de los casos no hace falta ir a juicio si la oferta de la aseguradora es aceptable.
Bien es cierto que esta picaresca nacional ha existido siempre, solo tenemos que ver películas de los años 70 de Tony Leblanc, pero en los últimos años, con la crisis se han agudizado los casos. Muchas personas estarán pensando en hacer un seguro, para luego intentar defraudar a la aseguradora, con métodos de todo tipo, que en muchas ocasiones resultan hasta chocantes. Si están pensando en eso, que sepan que para desmontar esa coartada estamos los bufete de abogados en Sevilla. Así que mucho ojo.
También somos abogados de negligencias médicas en Sevilla, pero eso mejor lo dejo para otro día, porque también tiene tela.