Hay momentos en las relaciones de pareja en la que parece que los problemas son más grandes de lo que verdaderamente son, y aun cuando ambos intentan arreglar las cosas de manera individual, puede que eso no sea suficiente. Cuando este es el caso, la terapia de parejas puede ser una solución para mejorar la relación o para concluir de la manera más sana para ambos.
Muchas veces hemos escuchado que “a veces el amor no es suficiente” y esa es la verdad. Hay muchos casos en los que el menor de los problemas es el amor que se tiene uno a otro y la terapia es una forma de encontrar las respuestas a las interrogantes que existen dentro de la relación y a la que solos no han podido llegar.
El problema es que muchas personas no solamente no saben cómo pedir ayuda, sino que asumen que pueden hacerlo solos, cuando la realidad es que hay cosas que necesitan ser mediadas por un profesional para evitar que los resultados sean negativos. Es importante entender que no todas las relaciones se salvan al asistir a una terapia de pareja, pero en caso de que eso no se logre, culminar una relación de una manera sana, responsable y desde el afecto por la otra persona, es la mejor forma de hacer las cosas.
Ahora bien, la gran pregunta es ¿cómo saber cuándo buscar la ayuda de un profesional?, a esta se le suman otras como ¿qué se hace en una terapia de pareja?, ¿cuáles son los tipos?, entre otras. Y pensando en resolver esas dudas, hemos contactado con la Psicóloga Vanessa Sanz, para que nos explique todo lo relacionado con la terapia de pareja y la manera en la que debemos abordarla.
¿Qué es la terapia de pareja?
Definir la terapia de pareja es muy importante, porque teniendo claro qué es y cómo funciona, podremos entender de qué manera puede ayudarnos.
Así, esta puede ser conceptualizada como un tipo de consulta de psicoterapia destinada a analizar y tratar los conflictos surgidos en el seno de una relación amorosa. Dependiendo del tipo de problemas que sufra una pareja el terapeuta adapta el tratamiento y el número y frecuencia de las sesiones para encontrar la mejor solución para la relación.
Este tipo de terapias tiene objetivos generales que incluye que la pareja pueda llegar al:
- Reconocimiento del problema
- Comprensión de sus pautas de funcionamiento (habitualmente repetitivas y contaminantes)
- Establecimiento de una nueva alianza para la renovación de la relación
- Modificación de sus actitudes
- Comunicación renovada y sana
Es muy importante entender y tener muy claro que la psicología de pareja, no solo se encarga de solucionar conflictos para que los miembros disfruten de una relación amorosa estable y satisfactoria, sino que también se ocupa de diagnosticar y tratar casos en los que la mejor solución es una separación, acompañando a las personas afectadas en ese proceso y orientándose para que sea lo menos traumático posible. Como mencionamos antes, hay oportunidades en que lo más sano para ambos es que la relación termine, pero si este es el caso, la idea es que la ruptura sea lo más amena posible, especialmente si hay hijos involucrados.
¿Cuáles son los motivos que impulsan a una pareja a buscar ayuda profesional?
Muchas parejas suelen pensar que pueden solucionar sus problemas sin la ayuda de nadie, pero hay situaciones en la que esto no es posible. En estos casos, negarse la oportunidad de conseguir a alguien que los guíe en la resolución de problemas, puede empeorar la situación, hasta que se haga insostenible y que en lugar de poder continuar en una relación sana, no haya ninguna solución.
Cuando se trata de parejas con hijos, la terapia de parejas siempre es una opción maravillosa para evitar que los hijos se vean involucrados en los problemas de los padres, y que sin importar si son cosas que pueden arreglarse o no, se trate con la delicadeza que necesita un niño o adolescente ante este tipo de situaciones.
Es por ello que es importante considerar señales de alarma cuando se tienen este tipo de problemas de pareja:
- Dificultades en la sexualidad, disfunciones sexuales o desacuerdos en la frecuencia de las relaciones.
- Monotonía y aburrimiento en la relación de pareja.
- Problemas en la comunicación, que pueden incluir situaciones como:
- Discutir con frecuencia y no llegar a acuerdos que sean útiles para la relación.
- Utilizar tonos de voz inadecuados o molestos, por gritar.
- Violencia verbal y no verbal
- Acumular problemas sin resolver
- Infidelidades.
- Celos y desconfianza en la pareja.
- Problemas derivados de la educación de los hijos.
- Problemas derivados de la relación con los familiares.
- Problemas derivados de la conciliación entre el trabajo y las tareas domésticas.
- Problemas de personalidad en alguno o ambos miembros de la pareja.
- Problemas psiquiátricos en alguno o ambos miembros de la pareja.
- Dificultades de adaptación derivados de problemas médicos en alguno o ambos miembros de la pareja.
¿Cuáles son los tipos de terapia de pareja?
Todas estas problemáticas pueden ser observadas y tratadas desde muy distintas perspectivas teóricas y prácticas. Todas ellas se consideran terapia de pareja y todas ellas tienen su utilidad en distintas situaciones. Por ejemplo, algunas de ellas pueden centrarse más en factores emocionales o en las sensaciones de sus miembros mientras que otras se basan más en la existencia de roles y estructuras familiares o en aspectos más cognitivos.
- Terapia de pareja cognitivo-conductual
Este es el tipo de terapia más prevalente y reconocida a día de hoy en la mayor parte de las ramas de la psicología. Suele ir vinculada a las cogniciones, creencias, expectativas y pensamientos de cada sujeto, así como en los comportamientos derivados de ellos.
En el caso de este tipo de terapias, lo que los profesionales buscan es que los involucrados trabajen las divergencias en cuanto a expectativas en la relación, las conductas que les ocasionan sufrimiento, así como también se trabajan situaciones en que existe un control excesivo o un bajo refuerzo mutuo.
- Terapia de pareja humanista
Esta terapia que está basada en el enfoque humanista es, quizás, una de las menos conocidas. Si se trabaja bajo este enfoque psicológico, el profesional busca que los miembros de la pareja desarrollen y optimicen sus potencialidades, se derriben máscaras y roles y que aprendan a conocerse a sí mismos. Se considera que es el desarrollo de la individualidad de cada miembro de la pareja lo que va a llevar a que la unión entre ambos sea más fuerte y estable.
- Terapia de pareja sistémica
Esta es una de las terapias más populares y reconocidas, ya que también lleva a la aplicación de la terapia familiar, es la que se basa en el paradigma sistémico. Bajo este tipo de terapia, el profesional intenta que la relación de pareja sea vista como un sistema abierto en el que se produce un intercambio de roles, normas y relaciones.
Cuando una pareja decide buscar ayuda de un profesional, la mayor parte de problemáticas se suelen vincular a problemas de comunicación, ausencia de captación o expresión de las necesidades de los integrantes de la relación, también pueden ir de la mano de la aparición o mantenimiento de roles establecidos que llegan a volverse disfuncionales y generadores de sufrimiento, para alguno de los miembros o para ambos.
- Terapia de pareja psicodinámica
Una terapia de enfoque psicodinámico suele centrarse en la presencia de conflictos producidos en la infancia o en el desarrollo temprano como causa de la generación de problemas de pareja en la actualidad; a su vez se analiza el uso de mecanismos de defensa como la proyección en el otro de los propios miedos.
Otros aspectos que deben ser destacables en este tipo de enfoque terapéutico, son el alto valor dado a la relación terapéutica y a las fantasías conscientes e inconscientes de cada uno de los miembros de la pareja, haciendo especial hincapié en los aspectos que involucran a la pareja como tal.
¿Qué se necesita para comenzar una terapia de pareja?
Si bien ya hemos conversado sobre las señales de alerta, también es importante que se entienda que para que una terapia de pareja funcione, es necesario que los involucrados estén comprometidos con el proceso y estén dispuestos a hacer los esfuerzos necesarios para alcanzar la meta de solucionar los problemas que hay en su relación amorosa.
El compromiso no es solamente con la otra persona, sino es con uno mismo. Pues la única manera de que las terapias de pareja funcionen, ya sea para salvar una relación o para terminarla de la mejor manera, es que ambos estén dispuestos a trabajar y mejorar individualmente, porque esa es la mejor manera de resolver los problemas que tienen juntos. Si se piensa que el problema lo tiene el otro y que de forma personal no se tiene nada que trabajar y pulir, la terapia no tendrá un resultado positivo, en cualquiera de los dos escenarios.
La terapia de pareja y los profesionales que la aplican pueden ser de gran ayuda para las parejas que quieren disfrutar de una relación sana, en la que ambos se puedan sentir valorados, respetados, amados y comprendidos, pero para ello es importante que ambos conozcan cuales son los problemas que tienen y que verdaderamente quieran solucionarlos.