Los rituales más disparatados (y reales) para atraer suerte en la lotería en España

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Siempre me ha hecho gracia cómo algunas personas creen que ciertos rituales les traen suerte con la lotería. No hablo de ganar el Euromillón de casualidad, sino de esos gestos que parecen mágicos: tocar la vitrina de Doña Manolita, frotar el décimo con un gato negro o cruzar los dedos mientras lo compras.

Lo curioso es que todos necesitamos sentir que podemos influir un poquito en nuestro destino. Aunque sean supersticiones, tienen su encanto: nos conectan con la tradición, con nuestra cultura y con la ilusión de que, quizá, hoy sí sea nuestro día.

Investigando estas costumbres, descubrí un montón de tradiciones divertidas y entrañables. Algunas muy antiguas, otras simplemente curiosas, pero todas muestran lo creativa que puede ser la gente cuando se trata de atraer la suerte.

 

La lotería de Doña Manolita: tocar y besar el décimo

Uno de los rituales más conocidos y documentados tiene lugar en Madrid, en la mítica administración de lotería de Doña Manolita.

Esta administración se ha ganado fama a lo largo de los años por repartir muchos premios de Navidad. Según cuentan, algunos compradores acuden desde horas antes de que abra, no solo para comprar su décimo, sino para “cargarlo de buena suerte” tocando el escaparate, acariciando los boletos o incluso dándoles un beso.

Se dice que tocar el cristal de la vitrina donde se exhiben los décimos trae buena fortuna. Historias de premiados aseguran que repetir este gesto año tras año se convierte en un ritual casi religioso: los vecinos se organizan en filas interminables, y hay quien lleva amuletos especiales, como un trébol de cuatro hojas o monedas de la suerte, para reforzar la magia.

Aunque no hay evidencia científica de que funcione, la tradición está tan arraigada que se ha convertido en parte del folclore navideño madrileño.

 

Frotar el décimo con el famoso gato negro

Otra tradición que llamó mi atención fue la de la administración conocida como “El Gato Negro”. La historia detrás de su nombre es curiosa: su fundador, Florián Arias, se topó con un gato negro justo cuando iba a recibir la concesión del establecimiento. En ese momento supo que su administración debía llevar ese nombre, y así quedó.

Pero la historia no termina ahí. Para marcar el lugar y atraer la buena suerte, colocó dos azulejos con la imagen del gato negro a la entrada. Desde entonces, los clientes han adoptado el hábito de frotar los décimos contra estos azulejos con la esperanza de que la suerte les sonría en el sorteo. Es un ritual sencillo, pero lleno de significado para quienes lo practican.

La administración está situada frente a la Catedral de Sevilla, un punto por el que pasan miles de personas cada día. No es de extrañar que atraiga a compradores de todas partes del mundo. Las colas comienzan a formarse desde octubre, y cada año se repite la misma escena: personas frotando sus décimos con cuidado sobre los azulejos, con la ilusión de que ese pequeño gesto pueda marcar la diferencia.

 

Llevar ropa interior nueva y de colores

Otra curiosidad que descubrí mientras investigaba es la relación entre la ropa interior y la suerte en la lotería. En España, se cree que usar ropa interior nueva y de colores llamativos durante el sorteo —sobre todo roja o amarilla— atrae la buena fortuna.

Esta tradición es especialmente popular en Nochevieja, cuando muchas familias compran la lotería de Navidad y celebran con cenizas de superstición y champán.

Lo interesante es que, aunque parezca un gesto trivial, hay personas que preparan el “look de la suerte” con días de antelación. Esto incluye ropa interior nueva, accesorios que consideren amuletos, y hasta combinaciones de colores específicas para cada miembro de la familia. Todo con la idea de que la buena energía se concentra antes de tocar el décimo.

 

Cruzar los dedos y pedir un deseo

Un ritual más sencillo pero ampliamente practicado es cruzar los dedos mientras se compra o se guarda el décimo. Este gesto, que en otros contextos se usa para pedir suerte o protección, en el mundo de la lotería se convierte en un acto casi mágico: muchos compradores cierran los ojos, hacen su deseo y mantienen los dedos cruzados hasta que se realiza el sorteo.

Aunque parece un gesto inocente, hay quienes lo combinan con otras supersticiones, como tocar madera o pronunciar frases como “que me toque a mí”. Esta mezcla de gestos crea un ritual personal que cada comprador adapta según sus creencias y experiencias pasadas.

 

Amuletos y objetos de la suerte

En la misma línea, encontré un sinfín de objetos que la gente lleva consigo para atraer la buena fortuna. Monedas antiguas, tréboles de cuatro hojas, herraduras, pulseras de la suerte y hasta pequeños muñecos de cerámica son frecuentes. Cada objeto tiene su propia historia: algunos provienen de familias que los han pasado de generación en generación, mientras que otros son comprados en mercados de superstición.

Una anécdota curiosa que encontré fue la de una señora en Sevilla que siempre llevaba un pequeño zapato de cerámica en el bolsillo cuando compraba su décimo. Según ella, nunca había fallado un sorteo desde que comenzó con este ritual. No importa que la probabilidad real no cambie; la fe en el objeto es lo que parece darle confianza y tranquilidad.

 

La suerte se prepara en la cocina

En algunas regiones, la tradición se mezcla con la gastronomía. Preparar ciertos platos o dulces antes de comprar la lotería se considera un ritual de buena suerte. Por ejemplo, hay familias que hornean galletas con forma de estrella o panecillos con semillas de anís, creyendo que la energía positiva se transmite a los boletos mientras se cocina.

Esta práctica tiene raíces antiguas: en el pasado, la cocina era un lugar de reunión y celebración, y los alimentos preparados con intención positiva eran vistos como portadores de fortuna. Hoy en día, aunque se ha perdido un poco la conexión con lo espiritual, el gesto de hornear algo especial sigue siendo una manera divertida de involucrar a toda la familia en el ritual de la lotería.

 

El poder de los números

No podía faltar la tradición de los números “de la suerte”. Algunos compradores tienen fechas especiales, como cumpleaños, aniversarios o aniversarios familiares, que utilizan para elegir sus décimos. Otros confían en combinaciones que les han traído suerte en años anteriores.

Como nos dicen desde Loteria Maria Victoriam una administración con mucha experiencia en lotería, “cada año recibimos llamadas meses antes para preguntar por los números disponibles. Los números bajos son muy demandados y algunos años se venden especialmente ciertos números por coincidencias o fechas especiales”.

Investigar esto me llevó a descubrir historias de personas que llevan décadas comprando exactamente el mismo número, convencidas de que algún día el destino les premiará. Y hay quien asegura que los números cambian según la posición de los planetas o ciclos astrológicos, mezclando superstición, ritual y un toque de astrología moderna.

 

La limpieza y el orden como ritual

Otro aspecto curioso que surgió en mi investigación es la importancia de la limpieza antes de comprar lotería. En muchas casas, los décimos se colocan en un espacio limpio y ordenado, lejos de desorden y polvo. Se cree que la buena suerte no entra en un ambiente caótico.

Algunas familias hacen rituales de limpieza más elaborados: barrer la casa de manera especial, colocar hierbas aromáticas, o incluso ungir el décimo con aceites tradicionales. La idea es crear un entorno propicio para que la suerte se “instale” antes de que se celebre el sorteo.

 

Rezar o pedir a santos y vírgenes

No podía faltar la vertiente religiosa. En algunas comunidades, pedirle la suerte a santos específicos o a la Virgen se considera un ritual eficaz. Por ejemplo, en Granada y Andalucía, algunas personas rezan a la Virgen de las Angustias antes de comprar un décimo. Otros llevan escapularios o estampitas en el bolsillo como amuletos espirituales.

Estos rituales mezclan tradición, fe y superstición, y muestran cómo la cultura española ha integrado lo religioso en prácticas cotidianas, incluso en algo aparentemente trivial como jugar a la lotería.

 

Rituales modernos: redes sociales y superstición 2.0

Curiosamente, en los últimos años han surgido rituales modernos relacionados con la lotería. Algunos compradores suben fotos de sus décimos a redes sociales con mensajes positivos, hashtags de buena suerte o emojis estratégicos. Otros hacen “cadenas de suerte” digitales, pidiendo a amigos que compartan la publicación para atraer energía positiva.

Aunque no tiene nada que ver con las tradiciones ancestrales, es un ejemplo fascinante de cómo las supersticiones se adaptan a los tiempos modernos, mezclando lo tradicional con lo digital.

 

Y tú, ¿qué ritual sigues?

Al final, lo que más me llamó la atención de esta investigación es que todos estos rituales, aunque distintos, cumplen una función común: dar a la gente la sensación de controlar algo que, en realidad, es totalmente aleatorio. La lotería sigue siendo un juego de azar, pero la tradición, la superstición y los pequeños rituales le dan un toque humano y emocional que conecta a la gente con su historia y su comunidad.

Desde Doña Manolita hasta los gatos negros, los tréboles de cuatro hojas y las galletas de anís, España está llena de prácticas que nos hacen sonreír, que nos dan esperanza y que, sobre todo, nos recuerdan que a veces la suerte no está solo en los números, sino en los gestos que hacemos con fe y humor.

Y, aunque nunca me haya tocado un premio, leer y recopilar estas historias me hizo sentir que, de algún modo, todos compartimos la misma ilusión, la misma necesidad de soñar un poquito con la buena fortuna, y la misma risa cómplice ante lo absurdo y divertido que puede ser intentar “convencer” al azar.

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