Dicen que en España tenemos un carácter alegre por naturaleza y esta es una verdad como un templo de grande. Probablemente seamos el país del mundo en el que más risas haya, en el que tengamos una vida menos marcada por las rigideces y uno en los que más fácil sea alcanzar la felicidad. Dicen que es por el clima, que nos hace a todos ser como somos. Sea como sea, el caso es que España es un país especial y en el que es fantástico vivir por un gran número de motivos. Sin duda.
Una de las cuestiones que más ponen de manifiesto nuestra alegría es el color de nuestras viviendas. Cuando una persona llega a una ciudad o municipio español, puede encontrarse perfectamente con que haya casas pintadas de colores de lo más variopintos. Con el paso de los años, nos hemos ido alejando del blanco tradicional y las fachadas de nuestras viviendas han ido adquiriendo otros colores y tonalidades. Eso ha hecho de nuestras calles algo más bonito y lo cierto es que no cabe la menor duda de que algo tiene que ver eso con el carácter festivo y alegre de nuestras gentes.
Ahora que ya sabemos a ciencia cierta que en España nos encantan todo tipo de colores para nuestras viviendas, vamos a enlazaros alguna noticia en la que se ofrecen consejos para no fallar con la tonalidad que le queremos imprimir a nuestra casa, ya sea en su fachada principal o en su interior. Nos lo proporciona una noticia publicada en El Confidencial, en concreto en su sección Vanitatis. Una de las cosas en las que la noticia hace incidencia es que no es lo mismo pintar una estancia grande que una pequeña. El color ha de ser diferente en ambos casos.
En la página web de Mi Casa Revista ofrecían un total de 20 colores para pintar una vivienda, entre los cuales destacaban algunos como lo son el blanco roto, el gris azulado, el gris menta, el rosa anaranjado, el verde oscuro, el gris claro, el azul marino, el rosa pálido o el burdeos. No cabe la menor duda de que hay un sinfín de opciones y que, dependiendo del espacio y de los gustos personales, la elección de cada cual va a ser diferente. Está bien que así sea. En la variedad está la gracia del asunto.
Hasta hace no demasiado tiempo, la inmensa mayoría de las viviendas y edificios españoles estaban pintados de blanco, lo que ofrecía una imagen uniforme, pero para nada bonita. Y, en España, que somos muy dados a demostrar de todas las maneras posibles nuestra alegría, no podíamos permanecer así durante mucho tiempo. Se ha incrementado de una manera extraordinaria el número de viviendas y edificios que han visto pintadas sus fachadas principales. Es lo que nos han comentado los profesionales de Pintores González, que han notado en su propio día a día ese crecimiento en el volumen de llamadas.
Los colores cálidos, cada vez más habituales
Todos los colores a los que hemos hecho referencia más arriba, cuando os hemos enlazado la noticia procedente de la web Mi Casa Revista, eran colores más bien fríos. Es cierto que eso ha ido cambiando con el paso del tiempo y que hemos tendido, últimamente, más a los colores cálidos como el amarillo o incluso el naranja. En un principio, estos colores eran considerados como más atrevidos, pero eso ya es historia. Ahora son una opción más que está ganando terreno sin parar entre los diferentes núcleos de población en España.
No cabe duda de que esa variedad en colores va a seguir siendo uno de los argumentos más fuertes para defender ese carácter que tenemos y vamos a seguir teniendo los españoles, un carácter que, sin lugar a dudas, nos va a permitir seguir siendo diferentes al resto de personas de otras nacionalidades. No somos ni mejores ni peores que el resto, por supuesto, pero sí que somos diferentes. Y la diferencia, en los tiempos que corren, es una virtud más que otra cosa. Es una cuestión que nos debe quedar bien clara y de la que debemos presumir siempre que tengamos la oportunidad para ello.
Nos encontramos en un momento en el que el color es más importante que nunca. Las redes sociales, las páginas web y todo lo que tiene que ver con el marketing moderno está impregnado de color. Y ese color que viste nuestras ciudades es perfecto para seguir haciendo de España un lugar tan especial. Y es que a nadie le quepa la mejor duda de que los españoles y las españolas somos especiales. Nadie tiene nuestro sentido del humor, nuestras ganas de pasarlo bien. La nuestra sí que es una vida llena de color.