Puede resultar un poco superficial estar pensando en unas posibles vacaciones mientras la tercera ola está causando estragos en el país. La realidad es que cada vez está todo más complicado y quienes hacemos bien las cosas estamos que nos subimos por las paredes por no poder salir, disfrutar y quedar con familiares o amigos. Da mucha rabia, la verdad, comprobar luego como muchísimas personas se saltan a la torera las restricciones mientras los sanitarios se dejan la vida por cuidarnos a todos y nosotros, al mismo tiempo, viendo todo por televisión sin salir de casa.
Quiero dejar constancia que lo hago, y lo seguiré haciendo, mientras dure la pandemia porque creo firmemente que es la única forma de protegerme a mí, a mi familia, a mis amigos y a toda la población, pero eso no quita para que esté ya muy harta, agobiada y en ciertos momentos críticos note cómo el negativismo se apodera de mí haciéndome el día muy gris. Me da miedo que, si hay mucha gente en la misma situación en la que estoy yo, acabe habiendo una pandemia de depresión cuando esto acabe, además de la de pobreza por los miles de puestos de trabajos destrozados que está dejando el coronavirus tras de sí.
Sin embargo, y aun sabiendo todo eso, necesitamos un descanso. No pretendo irme de vacaciones a Benidorm, a disfrutar de la playa abarrotada por el día y de los restaurantes y pubs por la noche, no estoy loca, pero no estaría mal poder irnos tres días (no pido más) a un lugar aislado para aislarme yo del mundo y de todo lo que está pasando. Obviamente no es posible.
Ahora mismo la mayoría de las comunidades, y ciudades, están cerradas a cal y canto con razón. No podemos ir paseándonos por ahí moviendo el virus de un sitio a otro y estoy de acuerdo en que nuestras ganas locas por hacer algo diferente deben esperar, varios meses me temo. Lo que sí podemos hacer es idear un buen plan para cuando podamos empezar a movernos de un sitio a otro de España.
Es muy probable que muchos de los lectores de este blog piensen en gentío, en hacer muchas cosas cuando todo esto pase, en poder reunirse con quienes quieran, y aunque yo también tengo muchas ganas de ver a diferentes amigos y familiares, cuando pienso en poder hacer una escapada de lo que realmente tengo ganas es de parar el mundo, de decirle al contexto que me rodea que me tomo un descanso y que no quiero saber nada de nadie durante unos días, ni de las noticias, ni de lo que ocurra fuera de mi pequeño paraíso temporal. Por eso, lo que más me apetece es perderme en la naturaleza, alejada de todo y de todos, salvo de mi núcleo familiar claro está. Con mi hija, hasta el fin del mundo.
Algunas ideas
Buscadores para localizar casitas rurales hay miles y, probablemente, el más famoso sea Booking pero la realidad es que al no ser un buscador especializado en este tipo de alojamientos lo mismo te muestra hoteles que campings y si intentas filtrar por casas a veces te sale cada chaletazo de 1000 eurazos al día que te entran ganas de llamar a Booking y decirles cuatro cosas bien dichas.
Hay buscadores mejores para esto. Yo alguna vez he usado casasrurales.com y no está mal pero ahora he descubierto a Ruralzoom portal de turimo rural en Navarra y otras comunidades españolas, y me parece todo un acierto porque especifican dentro de la especificidad. Lo que quiero decir es que puedes filtrar tanto las opciones que es fácil que con un par de clicks encuentres exactamente lo que estás buscando.
Ahora mismo, como me daba igual un sitio que otro, lo que he hecho es buscar al azar en diferentes puntos de España y le he echado el ojo a más de un alojamiento al que pienso ir cuando la pandemia me lo permita.
Cortijo El Sapillo
Me hizo mucha gracia el nombre la verdad, eso fue lo que más me llamó la atención (para qué voy a engañaros). Esta casa rural en Albacete se encuentra situada en pleno monte, en Nerpio, y cuenta con varias actividades que se pueden contratar durante la estancia allí. Esto último me parece muy acertado porque aunque mi idea soñada de la escapada sería tumbarme en una tumbona de ese enorme porche con el único sonido de la naturaleza como fondo y un buen libro entre manos, la realidad es que mi hija pedirá movimiento, actividad y diversión, así que habrá que ceder de vez en cuando. He leído que se puede practicar tirolina, senderismo, tiro con arco y alguna cosa más como espeleología, aunque yo paso de meterme en cuevas donde no he sido invitada. Con la suerte que estamos teniendo estos últimos años capaz que despertamos algo que no quiere ser despertado en la cuevecita y la liamos parda otra vez.
Por las imágenes que he encontrado en Google, Nerpio parece un pueblo tranquilo, precioso, con unos paisajes en los alrededores increíbles.
Pazo Cibrán
Nunca he estado en Galicia así que me parece una muy buena idea visitar este pazo gallego en Santiago de Compostela. En la web lo anuncian como un espacio perfecto para familias así que podría estar muy bien para descansar y tener a la peque entretenida. Luego, de paso, podríamos ir a visitar algunos lugares turísticos de la zona que podrían estar muy bien.
La verdad es que es un espacio muy bonito, tiene unos jardines magníficos para relajarse y descansar aunque yo me imagino a mi hija por ellos dando botes y ya no sé si sería muy relajante la situación pero podríamos intentarlo ¿o no?
Otra opción que he pensado es buscar algún tipo de camping resort con casitas de madera y muchas actividades infantiles para tener a la peque entretenida mientras yo disfruto del spa, la piscina y el restaurante del camping lo que pasa es que eso se llenará de gente en cuanto la pandemia lo permita y ahora mismo lo que me apetece es soledad.
No sé, ¿vosotros qué pensáis?