España ha sido siempre un país en el que el flujo migratorio ha sido bastante grande. Primero porque nos hemos tenido que buscar la vida en otros países para intentar ganarnos la vida, ya que aquí era francamente complicado. Después, porque hemos recibido inmigrantes de prácticamente todos los lugares del mundo, especialmente marroquíes, latinoamericanos, rumanos y, más recientemente, chinos, que han ido desembarcando en nuestras ciudades y municipios a medida que ha ido desarrollándose nuestro modo de vida, que como sabéis ha mejorado mucho desde mediados del siglo pasado sin lugar a dudas.
El inicio del siglo XXI trajo hasta nuestro país una serie de avances sociales que hizo que personas de otras nacionalidades vieran en España una posibilidad de mejorar su vida. Y fue por ello por lo que nuestra población empezó a crecer de una manera realmente importante. No era para menos, de hecho. Pero la llegada de la crisis económica trajo un efecto rebote que hizo que muchas de esas personas perdieran la esperanza en España y empezaran a sondear la posibilidad de regresar a sus países de origen, cosa que se terminaría produciendo en muchos casos sin que prácticamente nadie pudiera hacer nada para evitarlo.
Para ilustrar todo lo que os hemos venido contando hasta ahora, vamos a proponeros un par de noticias que evidencian cuál ha sido la situación en España durante todos estos años. Ambas pertenecen al diario El País y dejan claro que el movimiento migratorio en España ha sido importante en lo que llevamos de siglo XXI.
- La primera noticia data del mes de marzo de 2017 y asegura que la emigración española estaba tocando máximos históricos, sobre todo en el sentido de que los ‘nuevos españoles’ que habían regresado a sus países de origen en los ocho años anteriores se había duplicado hasta alcanzar una cifra total de 1’1 millones de personas.
- Por otro lado, una noticia de mayo de 2019 aseguraba, haciendo un balance de toda la década anterior, que la crisis había empujado a miles de españoles a otros Estados miembros de la Unión Europea. A pesar de ello, dice el artículo, nuestro país es uno de los que menos ciudadanos a enviado a otros países del organismo supranacional. Y la verdad es que es extraño que así sea teniendo en cuenta que han sido muchas personas, especialmente jóvenes, las que se han tenido que marchar por motivos de trabajo a otro país europeo.
Emigrar, a día de hoy, es uno de los procesos más habituales para muchas personas teniendo en cuenta la sociedad globalizada en la que vivimos. Pero, aun en la Unión Europea, no es un proceso que pueda ser catalogado como sencillo. Los profesionales de Ribeiro nos han indicado que son muchos los inversionistas que, al encontrarse valorando la posibilidad de emigrar a otro país de la Unión, han solicitado sus servicios con el objetivo de obtener una Golden Visa que les permita residir sin ningún tipo de problema en el país que tienen como destino.
Un movimiento de personas que, en muchos casos, resulta necesario
Hay una tendencia a pensar que todas aquellas personas que acudan a nuestro país (sea el que sea) lo hacen para “robarnos el trabajo”. Y no lo decimos solo por los inmigrantes que acuden en patera hasta países como Italia o España. Lo cierto es que el racismo existe incluso entre países que formamos parte de la Unión Europea, que se supone que somos hermanos. Y ese racismo no tiene motivo de ser, puesto que el movimiento de personas resulta necesario en una enorme cantidad de casos.
¿Por qué se desplaza la gente de un lugar a otro? Puede ser, como ocurre con los inmigrantes que proceden de África, por pura necesidad de supervivencia. Todos y todas sabemos cómo están las cosas en dicho continente y por qué quiere salir la gente de allí. También es posible que el movimiento se deba a la contratación de una persona española por parte de una empresa checa, por ejemplo, y esa persona necesite trasladarse a vivir a Praga. Pero, en ningún caso, nadie está robando nada. La Tierra es de todos y de todas.
Los movimientos de población se van a seguir produciendo por los siglos de los siglos, así que ninguna manera de pensar puede tratar de impedirlos o limitarlos. Se trata de movimientos naturales, que se han producido siempre y que no generan males por mucho que haya personas que tratan de criminalizar a quienes cambian de país. Desde luego, hay que intentar en la manera de lo posible exterminar este tipo de pensamientos y empezar a valorar la Tierra como lo que es, un espacio común y que pertenece a todos y cada uno de los seres que lo habitan.