En España es tradición lo de cuidar a las personas mayores. O al menos así pasaba. Se pensaba que mandar a los padres o abuelos a un asilo (se usaba en tono despectivo) era una falta de respeto hacia los que durante muchos años nos habían cuidado. Bien es cierto que con el paso de los años este pensamiento ha cambiado, sobre todo porque las residencias de ancianos han evolucionado mucho y ahora cuentan con todos los lujos y comodidades.
Yo lo he podido comprobar en esta residencia de ancianos en Barcelona donde hemos llevado a mi madre. La verdad es que me siento tranquilo de saber que está en este sitio porque está muy bien asistida por un grupo de grandes profesionales.
Sin embargo, España es el país de la vieja Europa donde los pacientes con algún tipo de demencia pasan más horas con sus familiares. España ha destacado mucho en la figura del cuidador. Aquí es donde los familiares más asumimos la cura de las personas con esta patología, tanto cuando están en casa como cuando ingresan en una residencia.
Otros motivos
El estudio dice que en comparación con el resto de países, en España la decisión de ingresar a estas personas en una residencia tarda más en llegar. En gran parte por la tradición social de atender a los ancianos en casa, aunque también subraya aspectos como las largas listas de espera en las residencias públicas, que en estos momentos son de dos años- y los elevados costes de las privadas. En España es de 70 euros diarios en el domicilio y de 194 euros en un centro residencial. Si lo comparamos con Estonia, el coste oscilaría entre los 40 euros a domicilio y los 51 euros en residencias, y si lo hacemos con el Reino Unido, 126 euros a domicilio y 140 euros en una residencia. Quizás la crisis de los últimos años también ha provocado que mucha gente se vea abocado a tener que mantener a sus ancianos en casa, aunque seguramente no es donde mejor estén.
El estudio ha identificado que Suecia y Finlandia son los países donde el nivel de vida, tanto de pacientes como de cuidadores, es más elevado. Como no, estos lugares siempre son la envidia de toda Europa. Sin embargo, es cierto que en España, quizás por los años de dictadura, estamos más apegados a la figura de la familia de tener que mantenerla en casa. Aunque con la incorporación de la mujer al mundo laboral, ha llegado la disyuntiva, ya que en la mayoría de las ocasiones es imposible seguir cuidado. Si es cierto, que en todo esto, tiene que ver mucho la situación física de la persona, porque en el caso opuesto se encuentran los abuelos que ejercen como canguros. Que son muchos, y suponen un gran ahorro a los padres.
La realidad de nuestra sociedad es el progresivo envejecimiento de la población y la necesidad creciente de estos servicios para las personas mayores, sobre todo si presentan algún tipo de dependencia. Si bien la crisis ha afectado al sector, es razonable pensar la demanda aumentará en la medida en que las necesidades lo hagan y situación económica se estabilice. Por eso, recomiendo que se conozcan más a fondo estos lugares.