Hace unos días estuve en Cataluña de vacaciones, en uno de los hoteles de lujo de la Ciudad Condal, el Bòria. Me lo había recomendado unas compañeras del trabajo que habían acudido con sus maridos a ver un partido de fútbol en el Camp Nou y que habían aprovechado el fin de semana para hacer una escapada con todo detalle y sin escatimar gastos, ya que llevaban tiempo sin salir de Madrid por la cantidad de tareas que tenían pendientes en la oficina.
La verdad es que escoger este hotel fue todo un acierto. El apartotel Mercer Bòria BCN, ubicado en Barcelona centro, dispone de 11 amplias y luminosas estancias entre las que el cliente puede escoger habitaciones de distintas categorías y apartamentos turísticos tipo loft. Sus habitaciones dobles superiores, lofts, suites, suites superiores y su gran suite se encuentran en uno de los barrios más multiculturales de Barcelona centro donde conviven edificios históricos como la iglesita de Santa María del Mar, el Museo Picasso o el Palau Reial con las tiendas de moda fashion más actuales.
Pero además, el trato que te ofrecen es absolutamente impecable. No tiene nada de lo que puedas hacer una queja. Sus trabajadores te ayudan en todo lo que pueden y con una maravillosa educación. Visto lo que vemos últimamente por la televisión, que parece que Cataluña y el resto de España estamos en guerra, llegué a pensar que aquello se debía a que estaba pagando un hotel de lujo, que en cuanto cruzase la puerta del mismo saldría a un territorio hostil.
Nada más lejos de la realidad. Barcelona es una ciudad cosmopolita, que al igual que Madrid y que muchos otros sitios de España está más que acostumbrada a recibir gente de fuera del lugar y sin tener ningún tipo de problema de convivencia.
Eso que dicen por ahí de que llegas a Cataluña y que solamente te hablan en catalán y que aunque contestes en español siguen haciéndolo en su idioma es totalmente mentira. Es el falso mito o el bulo de alguien que seguramente tenía envidia de no saber hablar con corrección un segundo idioma. Es más, es muy posible y no se puede negar que no le haya pasado a alguien, pero entonces, si realmente somos tan listos como nos creemos, deberíamos pararnos a pensar en que en realidad a lo mejor no nos ha contestado un catalán, sino un tonto, como tontos nos podemos encontrar en nuestro lugar de origen y en cualquier parte de España.
Querer estigmatizar a una sociedad por sentir que tenga una cultura diferente dentro de un país que a todas luces es una realidad plurinacional (ya que conviven diferentes idiomas y ya que la cultura es más que diferente; bastan ejemplo como el diferente culto a los muertos que se hace en Andalucía o Galicia), o decir que Cataluña se aleja de Madrid es un error. O lo que es peor, querer trasladar a la calle una guerra abierta entre políticos que posiblemente responda más a sus propios intereses que a lo que realmente siente la calle.
Seamos inteligentes y estemos por encima de todas estas chorradas. Si algo nos une a todos es que es somos personas, tanto en Cataluña como en el resto de España. Dejemos de lado falsos o erróneos prejuicios y disfrutemos todos de lugares tan maravillosos como es Barcelona y el resto de la tierra catalana.