Nuestro textil también es de calidad

¿Nunca habéis tenido la sensación de que hay gente que asocia adquirir un producto en el extranjero con su calidad? A día de hoy, da la impresión de que el hecho de que nos traigan un coche de Alemania o un perfume de Francia hace que ese bien tenga un carácter especial, un atributo identificativo que le hace inalcanzable para cualquier otro producto que se le parezca.

En ocasiones infravaloramos lo que tenemos dentro de nuestras propias fronteras por el simple hecho de que nos parece que lo de fuera es mejor. Y muchas veces eso no tiene por qué ser así. Esto también ocurre en un mundo como es el de la moda. En un gremio como éste, no es lo mismo comprar en París que en Madrid.

De cosas como las que acabo de describir me di cuenta nada más abrirme paso en ese mundo, el de la moda, hace unos años. En plena capital española decidí instalar una tienda de moda para mujer y desde el primer momento me propuse como principal objetivo el de demostrar que también en nuestro país se pueden hacer compras diversas y de calidad.

Pero claro, para poder defender un objetivo como ese es necesario tener los argumentos necesarios. Yo necesitaba un buen proveedor, un proveedor que me surtiera de esos artículos de calidad de los que yo quería hacer gala. Comencé a hablar con algunos conocidos y a buscar por mi cuenta en otras tiendas de la ciudad. También me dediqué a indagar por la red, en foros y redes sociales, para conocer la opinión de todas aquellas mujeres que solían frecuentar las tiendas parecidas a la mía.

Unos días después entré por primera vez en una página llamada www.hhg.es, dedicada a la venta de colecciones de ropa femenina. Observé que poseían una amplia gama de productos, que eran productos de calidad y que podían asociarse perfectamente con el tipo de clientas con las que yo solía tratar en la tienda. Decidí darle una oportunidad a los productos de esa web y no me arrepentí.

El primer pedido que les hice fue moderado. Quería ver qué impresión causaban esos vestidos, faldas o blusas, entre otras prendas. Después de ver que generaba un impacto positivo, fui aumentando el tamaño de los pedidos y por ende conseguí ofrecer una muy buena imagen de mi tienda además de doblar mi cartera de clientes en el periodo de un año.

De esta manera conseguí demostrar que, aunque Madrid no es París (ni se le parece) también aquí se pueden adquirir bienes de calidad para la mujer y que a veces lo que buscamos lo tenemos mucho más cerca de lo que nos podemos llegar a imaginar.

El comercio textil, al alza de nuevo en España

El de los textiles ha sido un sector estratégico para nuestro país desde tiempos inmemoriales. Cataluña, concretamente Barcelona y su área metropolitana, ha sido el punto donde más se ha concentrado la industria de este tipo dentro de nuestras fronteras.

Durante los años de la crisis, el volumen de facturación del sector se redujo de manera grave, desde los más de 22.000 millones de euros en el año 2006 hasta los apenas 15.000 en 2013. Los datos del año 2014 son, sin embargo, esperanzadores. Ha vuelto a crecer ese volumen de facturación y lo ha hecho para superar los 16.000 millones de euros, un 3’93% más.

España ha sido y es, a pesar de que todavía no se alcanzan las cifras de antaño, un país en el que se puede encontrar todo tipo de ropa. No es necesario acudir a las grandes tiendas extranjeras para encontrar lo que uno anda buscando.  Puedes hacerlo aquí.

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